El papel de la arquitectura moderna en el diseño de hospitales

Aprendiendo del pasado para avanzar hacia el futuro

En el año del centenario de la Bauhaus, nos proponemos revisar cómo el “movimiento moderno” incidió en la creación de la nueva arquitectura durante la primera mitad del siglo XX. Esta conmemoración nos brinda la oportunidad de que los arquitectos compartamos y visibilicemos esta importante parte de nuestra historia y nuestra cultura con el resto de la sociedad, y cuya influencia ha sido especialmente significativa en la arquitectura hospitalaria.

El concepto “salud” se situaba en el centro de la agenda del movimiento moderno. La definición y diseño de viviendas sanas y ciudades saludables fue uno de sus objetivos fundamentales. De hecho, algunos de los trabajos más canónicos de la época fueron experimentos sobre cómo mejorar la arquitectura de la salud. Desde el Sanatorio Paimio de Alvar y Aino Aalto en los bosques finlandeses, hasta el Dispensario Antituberculoso del GATCPAC, en el centro histórico de Barcelona, el movimiento moderno dejó un legado de edificios sanitarios construidos por toda Europa.

¿Qué tenían en común estos edificios? Hay que destacar la luz natural y ventilación, las vistas al exterior y la introducción del entorno natural. Conceptos innovadores que contribuyeron a la creación de una nueva definición del entorno curativo y la arquitectura hospitalaria durante la primera mitad del siglo XX. Otra característica indispensable en la conceptualización de estos nuevos centros de salud fue la incorporación de las tecnologías más avanzadas disponibles en ese momento.

Conexión con la naturaleza para crear entornos saludables

Si esto resulta familiar, es porque estos conceptos están regresando con una fuerza renovada en la arquitectura sanitaria contemporánea. Hablando desde mi propia experiencia, mi formación como arquitecto estuvo fundamentalmente influenciada por mi relación con Josep Lluís Sert – uno de los arquitectos más destacados del movimiento moderno – cuya obra refleja una búsqueda continua por una arquitectura que promociona el bienestar del usuario.

Los hospitales y otros espacios sanitarios como clínicas, centros geriátricos y de rehabilitación, no son espacios neutrales. Al contrario, son escenarios en los que sus usuarios y profesionales conviven con momentos emotivos, estresantes y agotadores.

Está comprobado que un ámbito luminoso, amable y con presencia de la naturaleza ayuda a una más rápida recuperación de los pacientes y hace más llevadera la tarea de los profesionales.

En los hospitales que hemos construido durante los últimos veinte años, la luz natural es la protagonista principal del espacio arquitectónico y hemos introducido patios verdes con árboles que, como elementos de la naturaleza, hacen del espacio hospitalario un lugar amable y cotidiano, donde los pacientes y los profesionales se sienten bien dentro del edificio.

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Vistas al paisaje desde el interior del Hospital de Mollet, finalizado en 2010 por Mario Corea Arquitectura. Foto © Pepo Segura

Un claro ejemplo de la vigencia de la continuidad de la base conceptual del movimiento moderno de arquitectura hospitalaria es el Hospital de Mollet (Barcelona) y su realización con las ideas que materializa el Dispensario Antituberculosis de Barcelona, del GATCPAC. Entre ambos edificios podemos destacar las fachadas luminosas y el patio central arbolado del Dispensario como antecedente conceptual a los patios de Mollet.

En los últimos tiempos, los medios tecnológicos han evolucionado enormemente con respecto a cómo generar espacios sanitarios agradables. Una muestra es la introducción de la luz natural gracias a tres mecanismos fundamentales: las fachadas acristaladas, que dejan atrás las diminutas ventanas de los hospitales tradicionales; y la incorporación de patios interiores, que inundan de luz natural los lugares de trabajo y las habitaciones de hospitalización. Al mismo tiempo, estos patios introducen la naturaleza en el ámbito hospitalario. Por último, cuando estos dos elementos no son posibles, recurrimos a los lucernarios en cubierta para hacer llegar la luz diurna a los interiores. Todo ello combinado con el uso de cristales térmicos, cubiertas aislantes, así como la utilización de geotermia y energía solar, conforman una continuidad conceptual de los principios y valores del movimiento moderno. Se trata de recuperar y reinterpretar estos principios y valores, y proyectarlos hacia el futuro, algo con lo que seguramente los arquitectos del movimiento moderno estarían muy de acuerdo.

Este artículo se ha escrito con motivo de la primera sesión del ciclo sobre Arquitectura hospitalaria que organiza Roca Barcelona Gallery.